LA CASA DE BERNARDA ALBA ‹ Grupo Municipal de Teatro Farándula

LA CASA DE BERNARDA ALBA

La casa de Bernarda Alba

Una adaptación de la obra de Federico García Lorca

REPARTO:

BERNARDA: Toñi Vázquez
ANGUSTIAS: Silvia Bertaina
MAGDALENA: Desiré Pérez
AMELIA: Ana Fargas
MARTIRIO: Rosario Luque
ADELA: Davinia Gil
MARÍA JOSEFA: Carmen Mateos
LA PONCIA: Conchi Ruiz
CRIADA: Mercedes Bazán
MENDIGA: María José López
NIÑA: Alba Gamero Ruiz
PRUDENCIA: María Victoria De Miguel

La casa de Bernarda Alba

Drama de mujeres en los pueblos de España

Este es el título que Federico García Lorca elige para una de sus últimas obras. No olviden que terminó de escribirla pocos meses antes de ser asesinado.

La obra comienza con la muerte del segundo esposo de Bernarda Alba. Lo que acarrea ocho años de luto, en el que las hijas de Bernarda deben permanecer en casa sin salir durante el tiempo que dure el luto. Sólo a una de ellas, Angustias, la mayor, hija del primer matrimonio se le presenta la oportunidad de poder escapar de este encierro, ya que no debe guardar luto. Además es la única heredera de su padre, mientras que sus hermanas tienen que repartir entre las cuatro la herencia del suyo. Su vía de escape es el matrimonio programado por Bernarda con uno de los jóvenes de pueblo, Pepe el Romano, que años atrás pretendió a la menor de las hermanas, Adela. Esto desencadena una lucha por la supervivencia bajo el yugo impuesto por la matriarca.

Este ambiente de represión, de falta de libertad, y sobre todo de la ausencia de expectativas de poder escapar algún día de ese destino de austeridad y recogimiento, hace que en el interior de cada hermana florezca el odio hacia las demás. Los enfrentamientos son cada vez más feroces. Bernarda trata de atajarlos imponiendo mayor autoridad, pero no con el fin de cuidar a sus hijas, sino de guardar las apariencias.

Ese parece ser el motivo que mueve a Bernarda en todo lo que hace. Jamás se deja llevar por sentimientos, solo por apariencias. Aún con la muerte de una de sus hijas, su primera preocupación es ocultar la verdadera causa de su muerte, para no estar en “boca de las vecinas”. Y cuando alguien del exterior comete un error es la más despiadada en el castigo. Para enterarse de lo que ocurre en el exterior tiene a su criada, La Poncia. Criada fiel, mas por miedo que por respeto. Ya que ambas conocen lo que oculta la otra.

Completa la estampa familiar María Josefa, madre de Bernarda, con las facultades mentales deterioradas. Es encerrada cuando reciben una visita, porque en su delirio pondría en evidencia a la familia. Sin embargo, la voz de este personaje parece ser el de un oráculo. Vaticinado de forma encriptada lo que les acontecerá a los personajes.

Parece ser que Lorca se inspira para escribir esta obra en unas vecinas con las que convivió en el pueblo donde se crió. Y logra llegar a una temática universal partiendo de lo particular, como ya hiciera en BODAS DE SANGRE y EL ROMANCERO GITANO, por citar alguna.

Encontramos en la obra la represión que sufre la mujer, la falta de libertad. El exceso en el celo del honor a vista de los demás. La mujer debe estar en la casa, guardando y mirando por la honra, mientras que a los hombres que se citan, ya que no aparece físicamente ninguno, nada de esto les afecta. Los hombres pueden divertirse, salir a los campos, contratar los servicios de “una mujer vestida con lentejuelas”, cantar… en definitiva, vivir, que nada de esto afectará a su honor.